En la tarde del pasado miércoles, 29 de enero, según lo previsto, estuve charlando sobre Sombras del Poniente con los componentes del Club de Lectura del IES La Maroma, junto con mi compañero y amigo, el poeta Rafael Ávila.

Reunidos por el común amor a los libros, me acogieron con tanto cariño que, cuando nos fuimos a dar cuenta, ya no quedaba nadie en el instituto y se nos había pasado hasta la hora del café. Las magdalenas esperaban a que alguien les hiciera caso. Y ese extraño silencio que se apodera de los pasillos de un centro educativo despojado de la vida que derraman en ellos los estudiantes…

No puedo por más que agradecerles a todos el haber compartido conmigo las impresiones (y las emociones) suscitadas por la lectura de Sombras del Poniente, y más sabiendo que tuve el honor de ser el primer autor al que invitaban. La guinda fue el detallazo que tuvieron de regalarme un recuerdo de mi paso por el IES La Maroma. ¿Quién da más?

Espero haber estado a la altura. Muchas gracias y hasta pronto.

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