La misma medida.
El mismo lapso.
Un año.
El año que ha transcurrido desde que el lunes 20 de mayo de 2019 tuvo lugar la presentación de Sombras del Poniente en la sede del Centro Andaluz de las Letras, el CAL.
Ya dejé escrito que, en una fecha tan señalada, tuve la fortuna de estar «arropado por Francisco Javier Torres, editor de EDA Libros, por Francisco Chica, que fue mi profesor de Literatura en el instituto, que es poeta, pero que, sobre todo, es amigo, y por Antonio Orejudo, a quien ya sabéis que considero uno de los mejores narradores españoles actuales —si no el mejor—, que oficiaron de padrinos y me dieron la alternativa en la plaza más querida para mí.»
Ver en aquel salón tantos rostros amigos, tantas caras queridas… Como en el famoso anuncio, eso no tiene precio. Para todo lo demás…
La despedida que escribí entonces parece cobrar más sentido que nunca en estos días pandémicos. Mi deseo, hoy como ayer…
Nos vemos en las calles.
Nos vemos en los bares.
Nos vemos en los libros.
Pronto.
Muy pronto.